Despavimentar para respirar: el movimiento global que quita asfalto y devuelve vida a las ciudades
El asfalto eleva la temperatura, impide absorber el agua de lluvia y ahoga la biodiversidad. Ciudades de todo el mundo —incluidas varias europeas— ya actúan. ¿Vamos tarde en Getafe?
GETAFE/28 JULIO 2025.- Eliminar el asfalto de calles, patios y plazas ya no es una ocurrencia ecologista radical, sino una solución urbanística urgente. Frente al aumento de temperaturas, las olas de calor, las inundaciones y la pérdida de naturaleza urbana, varias ciudades están optando por «despavimentar» como forma de adaptación climática.
Este movimiento global tiene una lógica aplastante: cuanto menos asfalto, más frescor, más vida y menos riesgos. El pavimento artificial actúa como una trampa de calor que eleva la temperatura en las ciudades varios grados. Además, impide que el agua de lluvia sea absorbida por el terreno, saturando las alcantarillas y aumentando el riesgo de inundaciones.
🌎 Todo comenzó en Portland… y se ha expandido al mundo
Fue en 2008 cuando en Portland (EE.UU.) nació Depave, una organización ciudadana que comenzó a retirar asfalto en patios escolares, iglesias y solares urbanos. En poco tiempo, convirtieron espacios duros e impermeables en zonas verdes, permeables y frescas. Solo en esta ciudad ya han completado 75 proyectos.
Chicago se sumó al cambio con una inversión de 14 millones de dólares en crear «la calle más verde de América», reemplazando tres kilómetros de vía por jardines, pavimento permeable y árboles. En verano, el centro de Chicago puede llegar a estar hasta seis grados más caliente que su periferia. El asfalto, el hormigón y el acero son los responsables.
También en escuelas se ha apostado por esta transformación. El programa Space to Grow ha rehabilitado 34 patios escolares en Chicago, sustituyendo el asfalto por jardines de lluvia, canchas drenantes y áreas verdes.
🇪🇺 Europa empieza a moverse: Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos…
La ciudad de Lovaina (Bélgica) retiró 6.800 m² de pavimento en 2023, lo que permitió absorber 1,7 millones de litros de agua de lluvia. Allí, el ayuntamiento ya ha anunciado una expansión masiva de este tipo de intervenciones, empezando por el barrio de Spaanse Kroon. Además, los nuevos edificios deberán reutilizar el agua de lluvia o canalizarla a zonas verdes.
En Francia, el gobierno de Macron ha destinado 540 millones de euros a renaturalizar ciudades: techos verdes, jardines verticales y retirada de asfalto. Un aparcamiento de 45.000 m² en la región de París ha sido convertido en un nuevo pulmón urbano.
Incluso se han hecho competiciones para ver qué ciudad retira más baldosas: en 2021, Ámsterdam y Róterdam compitieron por quitar el mayor número de pavimentos urbanos. Ganó Róterdam por la mínima, pero el mayor triunfo fue la implicación ciudadana.
“Despavimentar ya no es una opción estética, es una necesidad climática”, advierte Giuliana Casimirri, directora de Green Venture, en Canadá.

🌱 ¿Y en Getafe?
En una ciudad donde el calor aprieta cada vez más y las lluvias son impredecibles, Getafe aún no ha iniciado ninguna iniciativa pública de despavimentación urbana.
Patios escolares, aparcamientos, zonas de tránsito blando o solares sin uso son espacios clave para empezar. Renaturalizar parte del espacio urbano no es solo ecológico, también es justo: mejora la salud de los barrios más vulnerables, reduce la temperatura, combate el ruido y da espacio a las personas frente al coche.
¿Vamos tarde? Sí. Pero aún estamos a tiempo.

