“El rostro de la exclusión en Getafe es joven, mujer y madre sola”
La Memoria 2024 de Cáritas Diocesana de Getafe retrata una realidad invisible: mujeres en realquiler, sin contrato laboral y con cargas familiares. La entidad atendió a casi 43.000 personas en el sur de Madrid.
GETAFE/12 JUNIO 2025.- La pobreza en Getafe y en los 48 municipios del sur de Madrid tiene rostro de mujer. Joven, madre, sola, viviendo en habitaciones realquiladas y sin un contrato laboral. Así lo refleja la Memoria 2024 de Cáritas Diocesana de Getafe, presentada este martes en un acto en el que la entidad puso voz y datos a la exclusión social que aún atraviesa la región.
“Los números hablan, pero aún más las vidas que representan”, dijo Jesús Casares, director de Cáritas Getafe, durante la presentación del documento y de un estudio sociológico que radiografía con detalle la situación de vulnerabilidad en la diócesis. La organización acompañó a 42.959 personas el pasado año, una cifra que supera la población de muchas capitales de provincia.
Según el análisis, el 60% de las personas atendidas son mujeres, muchas de ellas con hijos a cargo (el 70% pertenecen a hogares con cargas familiares), sin empleo estable (el 65%) y en situaciones de infravivienda como el realquiler (el 37,6%). “La pobreza tiene rostro de mujer”, subrayó el obispo auxiliar José María Avendaño, quien también participó en el acto.
Educación como motor de cambio
Uno de los ejes del trabajo de Cáritas en 2024 fue la formación. La entidad invirtió más de 7,5 millones de euros, de los cuales el 50,3% (3,78 millones) se destinaron a programas educativos, principalmente a través de la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo (ECAM FP), que celebró su 60 aniversario con un 53% de inserción laboral entre su alumnado y un 100% de empleabilidad en sus certificados profesionales.
“El acceso a la formación ha sido clave para romper el círculo de la exclusión”, señaló el sociólogo Enrique Gómez, quien destacó también que “de cada diez personas que pidieron ayuda, nueve recibieron respuesta”.
Emergencia habitacional y salud emocional
Los problemas más urgentes que detectó el equipo de acción social de Cáritas en 2024 fueron la vivienda, el empleo, el acceso a alimentos básicos y el deterioro de la salud mental. La entidad se vio obligada a triplicar las ayudas de emergencia en vivienda, destinando más de 130.000 euros, gracias en parte a la colaboración con la Fundación Amancio Ortega.
La solidaridad ciudadana también se hizo notar. La emergencia provocada por la DANA en septiembre supuso un repunte de las donaciones, un signo esperanzador en medio de una situación crítica. “Cada parroquia es un hospital de campaña donde se curan heridas de pobreza, soledad, miedo o desesperanza”, expresó Casares con emoción.
Una red humana
La acción de Cáritas no sería posible sin sus 1.251 voluntarios, organizados en las 109 parroquias de la diócesis. Ellos son, según la entidad, el “motor y corazón” de una red que trata de ofrecer dignidad donde hay carencia, escucha donde hay silencio y apoyo donde hay abandono.