La Comunidad de Madrid lidera la pérdida de ingresos y dispara su déficit estructural
El último informe de Fedea alerta sobre el impacto de las rebajas fiscales y el aumento del gasto en las cuentas autonómicas, con Madrid liderando la pérdida de ingresos.
GETAFE/ 01 ENERO 2025.- El déficit estructural de las comunidades autónomas alcanzó en 2023 el 0,9% del PIB, una cifra récord que refleja un deterioro significativo de la sostenibilidad fiscal regional, según el último informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Este dato supone el peor saldo registrado desde el punto de vista negativo y está motivado, principalmente, por un aumento generalizado del gasto público y la aprobación masiva de rebajas fiscales, especialmente en las comunidades gobernadas por el Partido Popular.
El informe destaca que la Comunidad de Madrid acumuló un déficit del 0,7% del PIB debido, en gran parte, a su política de reducciones en el tramo autonómico del IRPF. Estas rebajas han generado una merma de ingresos superior a los 1.000 millones de euros. Le siguen la Comunidad Valenciana, con una pérdida de 282 millones, y Andalucía, con 255 millones. Por el contrario, en Cataluña, el impacto de estas reducciones fiscales ha sido testimonial, con apenas 13 millones menos recaudados.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) advierte que las deducciones aprobadas en el tramo autonómico del IRPF podrían provocar una pérdida global de casi 2.200 millones de euros entre 2023 y 2029. Esta tendencia, impulsada en gran medida por la proximidad de las elecciones autonómicas de 2023, ha generado preocupación sobre la capacidad de las regiones para mantener sus servicios públicos esenciales sin comprometer su estabilidad financiera.
Desde Fedea insisten en la necesidad de una reforma integral del sistema de financiación autonómica que permita abordar los desequilibrios actuales y garantice una mayor sostenibilidad a largo plazo. Mientras tanto, el escenario fiscal de las comunidades autónomas sigue marcado por un déficit creciente y una dependencia cada vez mayor de transferencias estatales y endeudamiento.